República Dominicana ha logrado posicionarse entre las siete economías más grandes de América Latina y el Caribe en las últimas dos décadas. Entre las decisiones tomadas para alcanzar ese lugar, está la apertura a la inversión extranjera directa (IED) y el impulso al turismo.
Un reportaje realizado por este medio y utilizado por el presidente Luis Abinader en LA Semanal, detalla cómo el país escaló en el ranking regional. Ahora la nueva meta es estar entre las cinco economías de Latinoamérica. En un esfuerzo por acelerar ese crecimiento y mejorar su posición, el Gobierno ha impulsado avances en la lucha contra la corrupción y en la creación de un entorno de inversión más favorable.
Según Marcial Smester, director de inversión del Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (ProDominicana), el país ha escalado hasta convertirse en la séptima economía más grande de la región, un logro respaldado por la implementación de reformas clave como el programa “0 Burocracia”. Esta iniciativa busca simplificar y agilizar los procesos administrativos para los inversores, facilitando así la atracción de capital extranjero y posicionando al país en una trayectoria de crecimiento acelerado.
Medidas
En conversación con elDinero, destacó los esfuerzos del país para acelerar su desarrollo económico y mejorar su posición en la región. Smester detalló cómo República Dominicana ha avanzado significativamente en la última década, destacando su salto en el índice de corrupción y su ascenso como la séptima economía más grande de América Latina.
Para ejemplificar, comparó la situación del país con la de otras naciones en desarrollo, como Emiratos Árabes Unidos, que, a través de políticas gubernamentales agresivas y un entorno favorable para las zonas francas, ha logrado posicionarse como un centro económico global. “Dubái, por ejemplo, comenzó con una base en el petróleo y ha transformado su economía para convertirse en un destino turístico y centro de negocios internacional”, dijo Smester.
“Sin embargo, el modelo de crecimiento de países como el nuestro enfrenta desafíos debido a la complejidad de nuestro sistema político y administrativo, que requiere la participación de múltiples voces y sectores”, agregó.
A diferencia de naciones con sistemas más centralizados, República Dominicana debe navegar a través de una red más compleja de decisiones que involucran al sector privado, el sector social, y la oposición política. Este proceso, aunque más lento, asegura una representación más amplia y democrática.
“Nuestro sistema es más complejo y lento en comparación con países donde el proceso de toma de decisiones es más ágil”, añadió. “No obstante, hemos logrado avances notables, mejorando nuestra posición en el índice de corrupción y avanzando rápidamente en el desarrollo económico.”
Uno de los programas clave en este esfuerzo es la iniciativa “0 Burocracia”, que busca simplificar y agilizar los procesos administrativos para inversores. Según Smester, la implementación de una ventanilla única permite a los inversores manejar todos los permisos necesarios desde un solo lugar, reduciendo la necesidad de interactuar con múltiples instituciones individuales. “Este programa es una de las medidas más destacadas que hemos introducido para facilitar la inversión y hacer más eficiente nuestro entorno de negocios”, explicó Smester.
La meta del Gobierno dominicano es consolidarse entre las cinco economías más grandes de América Latina en los próximos cuatro años. Aunque República Dominicana aún se considera una economía en desarrollo, los esfuerzos de transformación y reforma han posicionado al país en una trayectoria de crecimiento acelerado. Smester concluyó, “estamos trabajando duro para seguir mejorando y posicionarnos entre las principales economías de la región, y nuestras reformas están comenzando a dar frutos”.
Deja una respuesta