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¿Quién recuerda el movimiento L’Sunami y la OLA del PRM?

Mucho se habla hoy del triunfo del PRM y de algunos logros en su gestión de gobierno. Al extremo que se celebran cifras, se difunden resultados y se promueven rostros que encarnan el nuevo rumbo prometido por el presidente Luis Abinader. Pero en medio de esa narrativa de alegría, hay nombres que no aparecen. Son los sacrificados y anónimos de la victoria electoral, figuras que el poder ha colocado en la sombra. Uno de ellos es Carlos George.

Carlos George fue coordinador y uno de los creadores de los movimientos del sector externo que auspiciaron la candidatura presidencial de Luis Abinader. Esa estructura, extremadamente activa en Estados Unidos, Europa y la República Dominicana, fue una viga clave en la arquitectura de una candidatura ganadora en 2020. No fue una red decorativa, sino una plataforma viva, con músculo político, que aportó estrategias, votos y legitimidad internacional al proyecto del cambio.

Y si eso no fuera suficiente, Carlos George también fue jefe de avanzada del candidato presidencial, una posición de altísima responsabilidad que exige precisión, organización y lectura política en tiempo real. Cada paso, cada escenario, cada rostro en las giras por Miami, Nueva York o Boston pasaba por su coordinación. Luego, ya en suelo dominicano, lideró el movimiento L’Sunami electoral, un esfuerzo de movilización barrial y comunitaria que mantuvo encendida la llama de la militancia cuando muchos líderes dudaban, otros tenían las maletas listas “por si acaso”, y algunos más, sencillamente, estaban ausentes.

Carlos George no vino a hacer política por cargos, pero se lo ganó, igual que muchos otros. Con Compromisos muchas veces, sin recursos, sin prensa, sin dádivas ni promesas. Y hoy, como tantos otros, vive en el silencio institucional. Su actitud respondía a la certeza de que el PRM y Luis Abinader debían llegar al poder.

La historia oficial del “cambio” se escribe, sin embargo, con tintas selectivas. Quienes construyeron el edificio desde sus cimientos parecen haber quedado atrapados en el sótano del olvido. ¿Dónde están los grandes olvidados del PRM? ¿Y cuándo vendrán a la memoria para ser tomados en cuenta?
Ningún presidente ni siquiera uno tan bien valorado como Luis Abinader llega solo al poder. Se llega por la suma de muchas manos, muchas voces, muchas batallas que no siempre se ven.

Como Carlos George, hay muchos más dirigentes de base, organizadores territoriales, voceros comunitarios, jóvenes con ideas, mujeres líderes, técnicos sin padrinos esperando el cambio.