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La vida en la megacárcel de El Salvador, símbolo de la lucha contra las pandillas

Tecoluca, El Salvador, 28 de enero de 2025.
El Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), inaugurado el 31 de enero de 2023 por el presidente Nayib Bukele, se ha consolidado como el símbolo más contundente de su estrategia contra las pandillas que durante décadas aterrorizaron a El Salvador. Esta megaprisión, la más grande de América Latina, alberga actualmente a unos 15,000 miembros de las pandillas MS-13 y Barrio 18, aunque fue diseñada para una capacidad de hasta 40,000 reclusos.

Ubicada en una zona deshabitada en las afueras de Tecoluca, a 75 kilómetros al sureste de San Salvador, la prisión está rodeada de imponentes muros de concreto que representan la separación definitiva de sus internos de la sociedad. Los reclusos, bajo vigilancia constante de cámaras y guardias, cumplen sus condenas sin posibilidad de visitas familiares ni contacto con el exterior.

Entre los internos está Marvin Medrano, alias «Sayco», un pandillero de 41 años de la Mara Salvatrucha (MS-13), quien admite haber tomado «malas decisiones» que lo llevaron a esta prisión de máxima seguridad, de la que es consciente que no saldrá nunca. Sentenciado a 100 años por dos asesinatos, ‘Sayco’ ahora reflexiona sobre su pasado y lamenta haber perdido a su familia. «Estamos en un penal de máxima seguridad en donde sabemos que ya no va a haber salida para nosotros», dijo a periodistas de la AFP durante una visita al centro penitenciario.

El régimen de excepción, instaurado por Bukele en marzo de 2022 tras un aumento de violencia que dejó 87 asesinatos en tres días, ha permitido la captura de más de 83,000 personas, de las cuales unas 8,000 fueron liberadas por resultar inocentes, según el propio presidente. Sin embargo, esta política ha sido criticada por organizaciones de derechos humanos debido a la limitación de garantías judiciales y la posibilidad de detenciones arbitrarias.

Pandillas bajo encierro total

Las pandillas MS-13 y Barrio 18, que dominaron el escenario criminal de El Salvador desde finales de los años 90, siguen siendo una amenaza en países vecinos como Guatemala y Honduras. Para pandilleros como Medrano, que comenzó en estas actividades en Estados Unidos a los 11 años, el encierro en el CECOT marca el fin de una vida marcada por la violencia.

El testimonio de ‘Sayco’ evidencia el impacto emocional de este régimen. «Uno ha sufrido, he perdido a mi familia, ¡qué no hemos perdido nosotros en la cárcel!», reflexiona. Desde su celda, asegura que lamenta su pasado y espera que su hijo no siga sus pasos.

Aunque el CECOT se presenta como un pilar en la lucha contra las pandillas, la estrategia del gobierno salvadoreño continúa siendo tema de debate. Si bien ha reducido significativamente los índices de violencia en el país, críticos cuestionan la sostenibilidad de estas medidas y sus implicaciones para los derechos humanos.

A medida que esta política avanza, la imagen de la prisión como símbolo de control sobre las pandillas resuena tanto dentro como fuera de El Salvador, dejando claro que la llamada «guerra contra las pandillas» sigue siendo uno de los puntos más controvertidos y representativos del gobierno de Bukele.