14 de enero de 2025. Más de un millón de personas se vieron obligadas a desplazarse en Haití durante 2024 debido a la inseguridad y al caos generado por las bandas criminales que controlan gran parte del país. Esta cifra, tres veces mayor a la registrada en 2023 (315.000 desplazados), representa el mayor desplazamiento forzoso en la historia del país, según informó este martes la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
“Estamos ante el mayor número de desplazados por la violencia de las pandillas armadas en toda la historia de Haití”, declaró Kennedy Okoth Omondi, portavoz de la OIM, en una rueda de prensa celebrada en Ginebra.
Además de la violencia, el colapso de los servicios básicos, como la atención sanitaria, y el creciente desabastecimiento alimentario han agravado una situación ya crítica. El impacto más severo lo sufren los niños, que representan más de la mitad de la población desplazada.
Impacto en las comunidades y datos alarmantes
La capital, Puerto Príncipe, registra un aumento del 87 % en el número de desplazados. El departamento de Artibonite también ha sido gravemente afectado, con un incremento de desplazados de tres veces más respecto al año anterior, alcanzando las 84.000 personas.
Las comunidades receptoras enfrentan un fuerte estrés debido a sus recursos limitados. Según la OIM, el 83 % de los desplazados depende de la ayuda de familiares y amigos, mientras que el resto se refugia en sitios de desplazamiento improvisados. Estos sitios, principalmente ubicados en la capital, han aumentado de 73 a 108 en un año y carecen de servicios esenciales como agua potable, alimentos, saneamiento y atención médica.
Llamado a la comunidad internacional
La OIM subraya que este nivel de desplazamiento es una señal clara de la necesidad de redoblar esfuerzos internacionales para estabilizar las condiciones de seguridad en Haití. Asimismo, insta a dotar de más recursos financieros y humanos a la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS), que actualmente cuenta con 750 agentes, provenientes principalmente de Kenia, pero también de Bahamas, Belice, Guatemala y El Salvador.
La situación también se agrava por la repatriación de 200.000 haitianos desde la República Dominicana en 2024, lo que ejerce una mayor presión sobre las ya saturadas comunidades locales.